Publicado el 15/02/2022
La manipulación discrecional del coeficiente CEF, que remite a la capacidad económico financiera de una empresa para acceder a una SIMI y a los dólares para importar, podría derivar en un aluvión de pedidos de amparo y medidas cautelares si el Gobierno no da marcha atrás.
La introducción de la CEF como herramienta adicional de “calificación” a las empresas que realizan importaciones arrancó en 2018; pero, hasta ahora, nunca generó mayores inconvenientes: el sistema era automático, y mes a mes informa la capacidad que para la AFIP tienen las empresas para operar con el exterior.
Tal como trascendió, una gran cantidad de industrias y empresas en general que se aprovisionan de insumos, partes, piezas o bienes de capital en el exterior (que corresponde al 80% del total de las importaciones de la Argentina), vieron como su CEF se redujo a valores irrisorios (110 pesos, por ejemplo, o US$ 1, cuando contaban, mes a mes, con un valor superior a los 2 millones de pesos).
De acuerdo con fuentes consultadas, la primera “manipulación” (porque, de hecho, fue manual: el sistema es automático y mensualmente se “reprocesa” de acuerdo con 9 parámetros que se integran en fórmulas que, no obstante, no son conocidas) sucedió el 26 de enero, y abarcó unas 1200 empresas que, en los primeros días de febrero vieron un CEF “inusual”.
Se trata de empresas que no tuvieron cambios tributarios o comerciales significativos en un mes. Pero a todas les bajaron, incluso en más de un 100%” los valores, explicaron desde un estudio contable que asesora a empresas importadoras.
Vale la pena aclarar que no existe una discriminación por rubro, tamaño de empresa o volúmenes importados: la discreción fue general.
Además, una de las perversiones del sistema, que hasta fines de enero funcionaba de manera automática, es que no permite identificar cuál es la falta o inconsistencia por resolver. La AFIP no lo informa, el particular debe adivinar dónde está el error por subsanar.
La discrecionalidad que salta a la vista despertó todo tipo de especulaciones: “Los clientes cuya CEF bajó a 100 pesos, por ejemplo, son todos demandantes de amparos en la Justicia por las SIMI”, deslizó otro abogado consultado. “El que tiene una cautelar (se calcula que son alrededor de 900 firmas) ahora tiene una CEF ridícula, por lo que claramente estamos ante un castigo a los que recurrieron a la justicia”.
En una política de administración de crisis fiscal y cambiaria, no hay mensaje tranquilizador que pueda engañar: una política expansiva de las exportaciones, que permita dar marcha atrás con los cepos, necesariamente precisa de importaciones sobre las que se apalanca la producción de bienes y servicios exportables.
Restringir importaciones es restringir exportaciones.
Fuente: Despachantes Argentino
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